Por Edith Papp
“No estamos sólos en el Universo y nunca lo hemos estado” - bajo esta premisa se reúne el próximo fin de semana en Barcelona la Cumbre Europea de Exopolitica – una nueva ciencia que promete cambiar de raíz nuestra actual cosmovisión, según los organizadores del evento.
El término – muy poco conocido fuera de los círculos interesados en las investigaciones del cosmos – se refiere a una rama naciente de las ciencias politicas, que estudia, nada más y nada menos que el pasado, presente y futuro de la interacción humana con civilizaciones extraterrestres.
Aunque este tipo de planteamientos hasta hace poco tiempo provocaban – en el mejor de los casos – sonrisas burlonas en la mayoria de las personas, no se puede negar que en los últimos años se registró una verdadera explosión de acontecimientos en torno a este tema tan controvertido.
El ocultamiento oficial de toda información seria y objetiva sobre este asunto se inició en 1953 cuando la Comisión Robertson, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) nortamericana declaró que “toda información revelada sobre el contacto con civilizaciones extraterrestres será neutralizada y ridiculizada (sic). “ envolviendo la realidad de los avistamientos de objetos voladores no identificados (ovnis) en una densa bruma, entre el secretismo de las autoridades y la politica consciente de trivialización de todo lo que se refiere al tema.
Los consabidos chistes sobre “los hombrecitos verdes” , los comics que nos amenazaban con invasiones alienígenas y las películas de ciencia ficción – algunas sumamente taquilleras – dominaron durante muchos años el conocimiento público sobre la posibilidad de la existencia de otras civilizaciones, diferentes a la nuestra, haciendo que fuera de las publicaciones propias de los amantes de la “ufologia” ningún medio informativo que se preciara, se lanzaba a la aventura de publicar trabajos serios sobre esa materia.
Sin embargo, a lo largo de los últimos años no sólo se multiplicó el número de avistamientos de ovnis, sino también el de los testimonios públicos fidedignos sobre su existencia.
Astronautas de la talla de Edgar Mitchell y Buzz Aldrin, del programa Apollo, o Marina Popovich de la Agencia Espacial Rusa, afirmaron públicamente haber visto alienígenas en su viaje al cosmos, aunque les fuera prohibido inmediatamente hablar de ello, mientras pilotos comerciales y controladores de vuelos reportan cada vez mayor número de apariciones de artefactos de origen espacial.
El acontecimiento clave – primero silenciado por la prensa internacional y luego opacado por el impacto mundial del 11-S, fue la conferencia de prensa ofrecida en agosto de 2001 en el National Press Club de Washington donde el Dr Steven Greer (que también asistirá a la cumbre de Barcelona) , presentó algunos de los 500 testigos militares, gubernamentales, de astronautas y empleados de la NASA – dispuestos todos a declarar ante el Congreso y bajo juramento sobre los contactos con extraterrestres que las autoridades de ese país ocultaron durante más de cinco décadas.
Este fue el inicio del llamado Disclosure Project (Proyecto Revelación o de Desclasificación de los archivos miliatares secretos) que desde entonces se convirtió en un verdadero movimiento internacional: en el transcurso de los últimos años un gran número de países desclasificaron sus archivos ovni o están actualmente en proceso de hacerlo como es el caso de Francia, Gran Bretana, Irlanda, Dinamarca, Canadá y en Latinoamérica Ecuador, Brasil, Uruguay, México, Perú y Chile para mencionar sólo algunos.
La reciente publicación por parte de la prensa “oficial” de varios países sobre la captación de “senales aparentemente inteligentes” del cosmos por parte del SETI (Instituto para la Búsqueda de Inteligencias Extraterrestres) - algo que se esperaba desde hace varias décadas, sin resultado, ya sea por la imperfección de nuestras tecnologías de escucha de los ruídos del cosmos ... o quién sabe, quizás debido al silencio de lo que están “en el otro lado” – anadió otro elemento más a la expectación creciente.
Incluso desde el Vaticano se oyen voces en el sentido de reconocer y aceptar que la posibilidad de la existencia de otras civilizaciones – según una entrevista del astrónomo de la Santa Sede a BBC News - no está en contradicción con la fe católica y que los extraterrestres, como criaturas de Dios, pueden ser “nuestros hermanos”.
A todo ello se suman las especulaciones – algunas bien fundamentadas y otras menos - sobre las posibilidades que brindaría un contacto real y sostenido con estas civilizaciones en materia de conocimiento tecnológico: su innegable superioridad – probada por el simple hecho de llegar hasta aquí y aparentemente observar la Tierra desde sus naves - quizás ayudaría a darnos el salto definitivo, superando la crísis sistémica y brindando nuevas herramientas a la humanidad, entre ellas en primer lugar la llamada “energia libre” extraída del vacío cuántico – que por demás, cambiaria de raíz todas las estructuras económicas y politicas que conocemos hoy y talvez pondrían fin a la violencia y a la obscena concentración de poder y riqueza que caracteriza nuestro mundo tan asimétrico y tan sufrido, merecedor de perspectivas diferentes.
En fin, los que ocultaron por más de cinco décadas estas información, tenían sus razones para callar y hacer callar....
A todo ello se suma – para aumentar la confusión – la publicación en Internet de un reciente informe de la CIA, pretendiendo desacreditar todo el tema ovni, en que reconoce haber manipulado durante décadas la información sobre los ovnis, afirmando que lo que se veía en los supuestos avistamientos de objetos voladores, en realidad eran experimentos con aviones espía U2 y SR-71 en misiones secretas y que la Agencia utilizaba a los ufólogos para ocultar esas misiones y a la vez como arma psicológica.
Como colofón, hace poco supimos que el propio Dr Greer, Director del Disclosure Project, lleva tiempo entrenando al jefe de Estado, al ministro de defensa y un extenso grupo de diplomáticos de un país no especificado del G-8 de cómo proceder al producirse el contacto con otras civilizaciones, o sea que el momento puede estar muy cerca.
Y el misterio crece, sin duda, en vez de aclararse cada vez más, en torno al fenómeno ovni. Quizás no pueda, en apenas dos días, dilucidar todo este complejo entramado, de implicaciones extraordinarias para todos, pero no cabe duda que la Cumbre de Barcelona promete ofrecer informaciones inéditas, y de extraordinario interés sobre este tema.
El término – muy poco conocido fuera de los círculos interesados en las investigaciones del cosmos – se refiere a una rama naciente de las ciencias politicas, que estudia, nada más y nada menos que el pasado, presente y futuro de la interacción humana con civilizaciones extraterrestres.
Aunque este tipo de planteamientos hasta hace poco tiempo provocaban – en el mejor de los casos – sonrisas burlonas en la mayoria de las personas, no se puede negar que en los últimos años se registró una verdadera explosión de acontecimientos en torno a este tema tan controvertido.
El ocultamiento oficial de toda información seria y objetiva sobre este asunto se inició en 1953 cuando la Comisión Robertson, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) nortamericana declaró que “toda información revelada sobre el contacto con civilizaciones extraterrestres será neutralizada y ridiculizada (sic). “ envolviendo la realidad de los avistamientos de objetos voladores no identificados (ovnis) en una densa bruma, entre el secretismo de las autoridades y la politica consciente de trivialización de todo lo que se refiere al tema.
Los consabidos chistes sobre “los hombrecitos verdes” , los comics que nos amenazaban con invasiones alienígenas y las películas de ciencia ficción – algunas sumamente taquilleras – dominaron durante muchos años el conocimiento público sobre la posibilidad de la existencia de otras civilizaciones, diferentes a la nuestra, haciendo que fuera de las publicaciones propias de los amantes de la “ufologia” ningún medio informativo que se preciara, se lanzaba a la aventura de publicar trabajos serios sobre esa materia.
Sin embargo, a lo largo de los últimos años no sólo se multiplicó el número de avistamientos de ovnis, sino también el de los testimonios públicos fidedignos sobre su existencia.
Astronautas de la talla de Edgar Mitchell y Buzz Aldrin, del programa Apollo, o Marina Popovich de la Agencia Espacial Rusa, afirmaron públicamente haber visto alienígenas en su viaje al cosmos, aunque les fuera prohibido inmediatamente hablar de ello, mientras pilotos comerciales y controladores de vuelos reportan cada vez mayor número de apariciones de artefactos de origen espacial.
El acontecimiento clave – primero silenciado por la prensa internacional y luego opacado por el impacto mundial del 11-S, fue la conferencia de prensa ofrecida en agosto de 2001 en el National Press Club de Washington donde el Dr Steven Greer (que también asistirá a la cumbre de Barcelona) , presentó algunos de los 500 testigos militares, gubernamentales, de astronautas y empleados de la NASA – dispuestos todos a declarar ante el Congreso y bajo juramento sobre los contactos con extraterrestres que las autoridades de ese país ocultaron durante más de cinco décadas.
Este fue el inicio del llamado Disclosure Project (Proyecto Revelación o de Desclasificación de los archivos miliatares secretos) que desde entonces se convirtió en un verdadero movimiento internacional: en el transcurso de los últimos años un gran número de países desclasificaron sus archivos ovni o están actualmente en proceso de hacerlo como es el caso de Francia, Gran Bretana, Irlanda, Dinamarca, Canadá y en Latinoamérica Ecuador, Brasil, Uruguay, México, Perú y Chile para mencionar sólo algunos.
La reciente publicación por parte de la prensa “oficial” de varios países sobre la captación de “senales aparentemente inteligentes” del cosmos por parte del SETI (Instituto para la Búsqueda de Inteligencias Extraterrestres) - algo que se esperaba desde hace varias décadas, sin resultado, ya sea por la imperfección de nuestras tecnologías de escucha de los ruídos del cosmos ... o quién sabe, quizás debido al silencio de lo que están “en el otro lado” – anadió otro elemento más a la expectación creciente.
Incluso desde el Vaticano se oyen voces en el sentido de reconocer y aceptar que la posibilidad de la existencia de otras civilizaciones – según una entrevista del astrónomo de la Santa Sede a BBC News - no está en contradicción con la fe católica y que los extraterrestres, como criaturas de Dios, pueden ser “nuestros hermanos”.
A todo ello se suman las especulaciones – algunas bien fundamentadas y otras menos - sobre las posibilidades que brindaría un contacto real y sostenido con estas civilizaciones en materia de conocimiento tecnológico: su innegable superioridad – probada por el simple hecho de llegar hasta aquí y aparentemente observar la Tierra desde sus naves - quizás ayudaría a darnos el salto definitivo, superando la crísis sistémica y brindando nuevas herramientas a la humanidad, entre ellas en primer lugar la llamada “energia libre” extraída del vacío cuántico – que por demás, cambiaria de raíz todas las estructuras económicas y politicas que conocemos hoy y talvez pondrían fin a la violencia y a la obscena concentración de poder y riqueza que caracteriza nuestro mundo tan asimétrico y tan sufrido, merecedor de perspectivas diferentes.
En fin, los que ocultaron por más de cinco décadas estas información, tenían sus razones para callar y hacer callar....
A todo ello se suma – para aumentar la confusión – la publicación en Internet de un reciente informe de la CIA, pretendiendo desacreditar todo el tema ovni, en que reconoce haber manipulado durante décadas la información sobre los ovnis, afirmando que lo que se veía en los supuestos avistamientos de objetos voladores, en realidad eran experimentos con aviones espía U2 y SR-71 en misiones secretas y que la Agencia utilizaba a los ufólogos para ocultar esas misiones y a la vez como arma psicológica.
Como colofón, hace poco supimos que el propio Dr Greer, Director del Disclosure Project, lleva tiempo entrenando al jefe de Estado, al ministro de defensa y un extenso grupo de diplomáticos de un país no especificado del G-8 de cómo proceder al producirse el contacto con otras civilizaciones, o sea que el momento puede estar muy cerca.
Y el misterio crece, sin duda, en vez de aclararse cada vez más, en torno al fenómeno ovni. Quizás no pueda, en apenas dos días, dilucidar todo este complejo entramado, de implicaciones extraordinarias para todos, pero no cabe duda que la Cumbre de Barcelona promete ofrecer informaciones inéditas, y de extraordinario interés sobre este tema.
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